jueves, 8 de mayo de 2008

"CARTA ABIERTA DEL CAMPO" A LA SOCIEDAD ARGENTINA por el Campo Argentino






Llegamos al 7 de mayo fortalecidos, luego de haber transitado tiempos difíciles, con un contundente paro de 21 días, y un mes de intensas negociaciones con el Gobierno que nos permitieron lograr algunos avances, pero que aún no alcanzan para destrabar todos los temas sobre los que estuvimos discutiendo con las autoridades. Entre ellas, se destacan las retenciones móviles, una medida de marcado tinte confiscatorio, que, sumada a un larga serie de decisiones desacertadas para el sector, constituyó la gota que rebasó el vaso y precipitó la situación que estamos viviendo ahora.

Nuestro compromiso con el diálogo fue total, lo que quedó demostrado por las múltiples reuniones a las que asistimos, a pesar de las continuas descalificaciones que sufrimos y los palos en la rueda que nos ponían quienes encararon el diálogo, con el ánimo y las tácticas de quien negocia con el enemigo y no con un sector importantísimo de la sociedad argentina en las búsqueda juntos del bien común.

Normalmente se nos denomina representantes del campo, aunque preferimos pensar que con nuestra protesta y con lo que sostenemos, estamos actuando en beneficio de todo el país, para que no sólo esta generación sino también las de nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de todos los alimentos que hoy tenemos disponibles pero cuya producción peligra al no existir una política agropecuaria integral, amplia, diversificada e incluyente.

Este camino que hemos emprendido no es sólo por nosotros. Es por todos los argentinos que queremos un país federal sin prácticas centralistas y unitarias. Porque vivimos y trabajamos en el interior y sabemos las necesidades que existen en los diversos pueblos y ciudades de las provincias.

También nos movilizamos porque no podemos comprender que en un país rico, con una enorme producción de alimentos, haya pobres. Que se sigan tomando medidas que generan el enriquecimiento de unos pocos en detrimento de miles de argentinos que viven en la pobreza, sin poder acceder a su desarrollo y a los alimentos básicos que permitan vivir con dignidad.

Nos acusaron de generar la inflación con falsas argumentaciones, buscando tal vez enfrentarnos con el resto de los argentinos. Todo el país se ve afectado por este problema que se genera por causas estructurales y por acción de los grupos económicos favorecidos que acrecientan su rentabilidad.

Intentaron menospreciarnos diciendo que el campo genera sólo el 1,7% del empleo argentino, buscando relativizar su importancia en la economía nacional, cuando la actividad agropecuaria, agroalimentaria y agroindustrial da trabajo a cientos de miles de compatriotas (que en los hechos suma el 34% del trabajo nacional), dotando de vida y riqueza a los pueblos y ciudades, así como también dinamizando las economías.

Sin dudas, muchos argentinos pudieron ver estos motivos profundos que derivaron en la protesta que protagonizamos, y por eso nos respaldaron. "A lo largo de nuestras movilizaciones contamos con el apoyo y el calor de las grandes ciudades, de los habitantes de cientos de pueblos que se dieron cuenta de que no somos desestabilizadores ni quisimos perjudicarlos ni a ellos ni al gobierno, sino que estábamos pidiendo por lo que creemos justo: por el bien común y por el futuro de nuestro país.

Por último, acudimos a la fuerza del pueblo para que cada argentino se acerque a sus políticos, en cada ciudad, en cada región, en cada provincia y los ponga al tanto respecto a la realidad de la problemática del sector agropecuario para que estos eleven al corazón del poder la sensación de malestar que causa en el país la implementación de esta política agropecuaria presente que fracasó y que se torna imprescindible modificar hacia otra política agropecuaria nacional, incluyente y base de un modelo de desarrollo sostenible.

Todos somos el campo. Ponete la escarapela por el país. Ponete la escarapela por el campo.

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