jueves, 21 de mayo de 2009

HORACIO POTEL A JUICIO POR DIFUNDIR FILOSOFÍA

El docente de filosofía en la Universidad de Lanús en Buenos Aires, Horacio Potel, se enfrenta a una pena de entre un mes y seis años de cárcel por infringir Ley 11.723 de Propiedad Intelectual, del Código Penal argentino.

Potel ha sido incriminado como responsable de las webs sobre Nietzsche, Heidegger y Derrida, abiertas en 1999, 2000 y 2001.

Estos sitios permitían descargar de forma gratuita escritos de los tres filósofos, además de biografías, fotos, enlaces y comentarios para facilitar el conocimiento y el aprendizaje de sus doctrinas.

El abogado Raúl Alejandro Ochoa, apoderado de la Cámara Argentina del Libro, inició una causa criminal contra el profesor de filosofía. La querella se produjo tras una queja de Les Editions de Minuit, a través de la embajada de Francia, en cuyo catálogo figuran obras de Derrida.


Si bien la denuncia se formuló solo por el sitio dedicado a Derrida, la Unidad de Delitos Tributarios investigó también los otros dos. Finalmente como medida cautelar Potel tuvo que desactivar las webs de Derrida y Heidegger, no así la de Nietzche que por su fecha de fallecimiento es de dominio público.


“Invito a mis denunciantes a que me digan, dónde puedo encontrar el material que con su acción judicial obligaron a destruir, en qué librería se puede comprar, en qué biblioteca se puede consultar“, critica Potel.

“Yo tardé años en reunirlo. Muchos textos no pueden ser adquiridos y aún así están protegidos por leyes de propiedad intelectual. Además los precios de las editoriales extranjeras son prohibitivos para los latinoamericanos“.

Mientras Google sigue situando los sitios desactivados entre las primeras respuestas a las búsquedas por nombre de los autores, en varias redes sociales han aparecido varios grupos de apoyo (incluyendo en Facebook) a la labor de promoción filosófica de Potel.

El profesor recibe diariamente mensajes de solidaridad de académicos, estudiantes y autores tanto de Argentina como de otros países.

La mayoría de estos mensajes hacen referencia a la importancia de la difusión de las obras de Derrida y Heidegger en países en los que el costo de los libros hace prácticamente imposible su adquisición para miles de estudiantes.

“Nunca lucré ni tuve la intención de lucrar con la publicación de las páginas. En 1999 estaba fascinado por las infinitas posibilidades que la red ofrece para el intercambio de conocimientos. Estos sitios son mi mejor obra, y para mí es trágico haber tenido que removerlos. Son el fruto de muchísimo trabajo y fueron totalmente financiados por mí. No entiendo por qué tanta necesidad punitiva por parte de una corporación que dice defender la lectura, la educación y la cultura“.

Pero al parecer lo único que defiende la Cámara Argentina del Libro son los derechos de los herederos de Derrida.

Compártelo!

No hay comentarios: