miércoles, 3 de febrero de 2010

"AZOTE DE TOTALITARISMOS". Entrevista a Fernando Savater por Rubén Loza Aguerrebere

El filósofo y ensayista Fernando Savater ha estado apenas unas horas en Montevideo, donde dio una conferencia sobre temas de su especialidad académica. Azote de totalitarismos, defensor de la democracia y combatiente sin armas contra las armas, ha dado estas respuestas a nuestras interrogantes.


Pregunta: Usted ha sostenido que el pueblo tiene un solo origen y la voluntad es cosa de cada uno de los ciudadanos. ¿Qué comentarios haría sobre la idea de nación como comunidad étnica opuesta a la idea de sociedad común de ciudadanos democráticos? ¿El nacionalismo vasco es una cosmovisión totalitaria?

Respuesta: Yo creo que el nacionalismo, como tiene historia, no tiene una única definición. Es decir, no es lo mismo el nacionalismo en el siglo XVIII, cuando es una ideología que trata de legitimar un poder más democrático, más popular, que los nacionalismos del siglo XIX y que muchos de los nacionalismos del siglo XX, que tuvieron esos aspectos bélicos y que han terminado finalmente oponiéndose, desde dentro de las propias democracias, a la creación de sociedades democráticas. A medida que ha ido pasando el tiempo y se ha ido desarrollando, tanto en el derecho como en la ciudadanía, el énfasis nacionalista se ha ido aplicando, para decirlo de alguna manera, en forma más reaccionaria: excluyente, en contra del inmigrante, en contra de compartir internacionalmente aspectos de la gestión. O sea que, hoy por hoy, lo que pudo haber sido un movimiento revolucionario en el siglo XVIII frente al poder absoluto de los reyes, es normalmente una muestra de interesado egoísmo frente a la extensión de los derechos democráticos.

P: ¿El problema de los nacionalistas es el de cómo hacer para convencer a quienes no son nacionalistas de las ventajas de la unidad territorial y de un Estado independiente?

R: Eso podría ser una buena solución si realmente los nacionalistas quisieran convencer a alguien. Pero no plantean su ideario como un proyecto político más, sino como la reivindicación de un derecho que debe ser acatado necesariamente. Lo que pasa es que ellos no quieren convencer a nadie. Si lo quisieran, no habría problema: harían una descripción de la situación, diciendo, “bueno, dentro de lo posible tenemos este proyecto”. Pero lo que ocurre es que es un derecho que ellos exigen ver cumplido y que los demás le regatean. No se trata para nada de convencer. Si existe tal cosa, como el pueblo vasco, sobra justificar si está bien o si está mal y cuáles son las ventajas para los demás o no. Ellos dicen que, simplemente, tiene que ser así, porque es la reivindicación de un derecho. Claro, el problema es que termina desembocando en algunos casos en la violencia, ¿no? Uno no trata de persuadir a nadie por la violencia para reivindicar un derecho indiscutible o inmarcesible, pero ocurre eso.

P:¿La causa del terrorismo es el nacionalismo?

R: No. Creo que hay nacionalistas que no son terroristas; tampoco ello se da totalmente en el antisemitismo o en el nazismo. Yo creo que no hay que confundir los peces con el agua. Lo que pasa es que no hay peces fuera del agua; y uno sospecha que cuanto más agua hay, aumenta la posibilidad de encontrarte con más peces, e incluso hasta tiburones...

P:¿Coinciden el PNV y ETA?

R: Ellos, ahora, están convergiendo en muchos postulados políticos fundamentales. ETA quiere que todo lo que se consiga en el País Vasco se obtenga por medio de la lucha armada. Así, de alguna manera, buscan reivindicar que lo que se ha conseguido se ha obtenido gracias a su lucha armada. El PNV prefiere, naturalmente, que las cosas se consigan mediante la propia intervención del PNV. Probablemente, ETA quiere las cosas de forma mucho más rápida, más radical. Y los nacionalistas quieren hacerlo todo de una manera más paulatina, más sibilina. Pero es evidente que el ideario nacionalista llamado moderado comparte con el ideario radical, digamos, un ochenta o un ochenta y cinco por ciento. Comparten, en todo caso, mucho más que con el resto de los demócratas.

P: El presidente Ibarretxe ha proclamado que hará un referéndum ratificatorio de su propuesta secesionista, sin tener en cuenta a las Cortes Generales. El presidente del Tribunal Constitucional ha dicho que, para ello, debería reformarse la Constitución. Mayor Oreja sostiene que no hay posibilidades legales ni jurídicas para ello. ¿Qué comentarios le sugiere todo ello?

R: Yo no soy experto en leyes, pero, por lo que he oído, se trataría de una ruptura con la Constitución y no de una reforma de la Constitución. Es decir, que dentro del marco legal actual no cabe esa propuesta de Ibarretxe. Pero esto, yo diría que para mí es lo de menos, porque el verdadero problema es que a un pueblo, a un grupo de ciudadanos atemorizados, hostigados, que prácticamente no se atreve a expresar sus opiniones sobre ningún tema, de pronto, y en medio de la violencia, se les va a preguntar sobre una cuestión decisiva, que naturalmente ellos verán como la única salida posible a la violencia. Nadie dice que estés dialogando con un asaltante cuando te apunta con una pistola y te pide la cartera y tú regateas si la das o no. Es decir, si no existiera la pistola ni se te plantearía el asunto de dársela. Al final se la vas a dar no porque él te explique la vida de su familia y sus problemas económicos, sino porque tiene simplemente una pistola en la mano. Entonces, si en algún caso saliese ese referéndum de Ibarretxe, y saliese algún voto afirmativo para él, ello no tendría nada que ver con la ideología. Y eso es precisamente lo que nosotros rechazamos. Nos negaríamos a admitir cualquier resultado mientras, de alguna manera, no se hubiese creado el marco de legalidad, de normalidad y de reconciliación, donde una cosa de éstas sea posible sin que parezca pagar el precio de algo.

P:¿Y en esta tarea está embarcada “Basta Ya”?

R: “Basta Ya” está embarcado en la movilización de la sociedad. Es decir, nosotros queremos, desde la movilización de la sociedad, mostrar que existe una sociedad vasca que no se agota en el nacionalismo vasco. Cuando los nacionalistas hablan de pueblo vasco, hablan de parroquia nacionalista. Bueno, queremos demostrar que el pueblo vasco es mucho más amplio que la parroquia nacionalista; queremos, también, movilizar la sociedad para que no todo dependa de decisiones tomadas en las alturas y para que se vea que hay gente capaz, que por lo menos intenta afirmarse y defenderse; y luego queremos, también, apoyar a los partidos políticos en su lucha directa contra la violencia de ETA. Y apoyar la ley de ilegalización de partidos políticos violentos y, en fin, las medidas del juez Garzón...

P: ¿Ante actos multitudinarios y pacíficos como los de “Basta Ya” podríamos pensar que está precipitándose el nacionalismo vasco?

R: Esas manifestaciones las hemos hecho pensando y buscando dar un cierto refuerzo y una cierta inyección de ánimo a una gente aislada, atemorizada y sin reconocimiento de los demás. Un acto como el del sábado 19 de octubre (una multitudinaria manifestación en contra del nacionalismo excluyente) fue un acto en el que la gente se sintió acompañada, se sintió de alguna manera entendida y salió a la calle a decir lo que pensaba sobre lo que tiene que estar callando diariamente. No me hago ilusiones de que eso cambie en un sentido o en otro, pero yo creo que habrá gente dentro del nacionalismo vasco que se de cuenta de ello, como lo que ocurrió con los empresarios vascos y otra serie de cosas que implican que el nacionalismo no tiene las cosas nada fácil. Y es más, se ha dado la cosa grotesca de que la prensa radical ha dicho que la manifestación ha sido un fracaso porque había doce o trece mil personas... bueno, si ya niegas lo que estás viendo con los ojos, pocas esperanzas debes tener en la persuasión, ¿no?

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