De niño había
oído, de boca de mi abuela, que los niños habían crecido leyendo la vida de un
hada. Que les decían que su vida y la de todos los niños y de todos los
descamisados, estaba velada por la mirada protectora de una hada buena. Que la
vida de ese hada se la contaban, la leían y la estudiaban en la escuela. Yo
siempre se lo discutí, me parecía inverosímil, lo veía descabellado, no podía creer
que la escuela enseñase tales fantasías.
Luego
de su fallecimiento, de pura casualidad, haciendo la mudanza de su casa,
encontré una caja de cartón muy atada con hilos y un rosario, con una cita que
decía:
-“no liberar los viejos fantasmas…”
Es
de imaginar que lo primero que hice fue retirar el rosario para que la estocada
no lo cortase, también.
Entre
telas de arañas, al fondo de esa caja, había un pequeño librito que en su tapa
decía “HADA BUENA ARGENTINA”. Aquella hada de la que la abuela me había
contado, estaba en mis manos. Su libro de lectura de la escuela. Con los milagros
que realizaba pero sin autor, sin editorial, sin fecha de edición.
Debía
saber más de ese libro, de la vida de mi abuela y de ese Hada. El rastreo me
permitió obtener varios datos: era un libro editado por la Secretaría de
Información del Ministerio del Interior durante el segundo gobierno peronista
de la década de 1950 en la Imprenta de la Casa de Gobierno y era EL libro de uso obligatorio en las
escuelas estatales. Por lo visto siempre existió un énfasis por “ÉL”
Le
contaba a los niños la historia de una manera binaria, sobre la base de un maniqueísmo
que soólo contribuía al odio social y entre clases. Caracterizaba las categorías
sociales en : buenos y malos. Todas las lecturas tenían la misma estructura:
·
la existencia de gente muy mala, explotadora,
que por tener algo ganado con trabajo y una mejor posición social, eran los
monstruos feos que los hacían sufrir,
·
y que en
su defensa llegaba Eva Duarte de Perón y de la Fundación Eva Perón,que eran
buenos, para hacer justicia, para destruir a los enemigos y para darles cobijo
bajo la bandera del partido justicialista.
También
pude rastrear una película sobre la vida de los niños bajo la hegemonía
Peronista y cómo ese Hada Buena cumple los deseos de todos los niños,
especialmente los de “Juan Domingo 7”, que es el protagonista de la película.
Luego
de mucho tiempo, de la muerte de mi abuela, de su recuerdo, y de tener en mi
biblioteca ese viejo librito, que conservo como muestra de lo que ha sido capaz
el hombre de hacer con los niños, como recordatorio de lo que no debemos
repetir, como catecismo de razones por las cuales no se puede ser Peronista y
Democrático, como garantía y prueba de lo que digo ante las seguras objeciones
de los convencidos, el pasado domingo vi nuevamente al hada. Pero ya no vestía
de blanco luminoso ni su cabellera era rubia. Vi otra que quiere ser Hada
abanderada que viste con la oscuridad del negro y del rojo fuego de su cabello.
Un hada que no promete felicidad, que plantea el futuro como seguro
enfrentamiento con las fuerzas malignas que al hablar de:
“fin de ciclo, prometen el fin de las (supuestas)
conquistas de la década ganada…” CFK
Y esta Hada Negra, vuelve a dividir a la
sociedad en: BUENOS Y ENEMIGOS. Y vuelve el enfrentamiento y la persecución de los que no nos plegamos a su mundo fantástico.
La
teoría nacionalista europea se amparó en una vuelta al panteón nórdico-germano,
al culto al líder, al hombre guerrero, al Valhalla y Wotän. Esta argentina de
hoy, Peronizada desde el discurso, se ampara en cadáveres convertidos en tótem y
en el culto al Hada salvadora mágica y descarta el esfuerzo que implica la
libertad de ser uno mismo.
En
realidad, las Hadas no existen…
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